top of page

El día que te merezca, el día que me merezcas...

  • Foto del escritor: Silvia Almirón
    Silvia Almirón
  • 16 may 2016
  • 5 Min. de lectura

No puedo ser lo que buscas porque yo ya soy yo misma, ese ser imperfecto pero único que sólo sabe dar sin esperar, no puedo ser tu fantasía porque es que yo ya soy mi realidad. En mi camino cometí errores, muchos, pero de todos ellos obtuve una lección, me enseñaron a ser lo que soy y fueron provocando poco a poco una evolución en mi persona con la que he ido creciendo. No puedo pretender ser algo distinto a lo que soy hoy, solo esperar que al seguir aprendiendo pueda ir mejorando cada día un poco más, aunque imagino que no será al gusto de todos, a lo mejor ni siquiera sea de tu gusto. No sé mentir, me da alergia la mentira, la considero esa traicionera cadena que te ata al miedo de que te pillen en ella, de que se caigan las máscaras que te pones para parecer lo que no eres, y a pesar de ese rechazo a la mentira a veces la verdad me ha traído muchos problemas, imagino que porque no a todos les interesa aceptarla, porque es más cómodo imaginar un mundo perfecto, casto y de color de rosa donde los personajes son de azúcar y las princesas visten de raso mientras esperan a un príncipe azul (aunque éste termine despintando), pero es que yo no puedo obligar a nadie a que le gusten mis verdades porque es que son mías y si no se hace un gran esfuerzo de empatía es imposible leerlas como yo las escribo, yo con eso no puedo hacer nada más que rendirme a mi propia impotencia. Podría ocultar cosas, de hecho cuando alguien no me interesa lo hago sin dificultad acogiéndome a ese dicho de que quien quiera saber que lea la enciclopedia, pero...¿y cuando se trata de alguien a quien quieres?... cuando quiero solo sé darme entera, entiendo que para conocerme y comprenderme la otra persona tiene que ser capaz de ponerse mis zapatos y caminar algún trecho con ellos, aunque advierto, no son muy cómodos, ni bonitos, ni siquiera nuevos... Cuando quiero solo quiero entregarme en cuerpo y alma y que se conozca lo bueno y lo regular que llena mi maleta, porque si algo de lo que cargo es un problema es mejor que se sepa cuanto antes y procurar explicarlo y darle el valor que realmente tenga...hablar, hablar, hablar, como única manera de acercarse a la verdad del otro, esa verdad que lo tiene que arrimar y que jamás se puede poner de excusa para alejarlo sin más, porque nadie esta libre de pecado. Aunque igual me estoy engañando, igual se trata únicamente de que de alguna forma los demás se creen mejores, más puros, menos pecadores, a lo mejor es que los errores de los demás siempre son menos errores, o están mejor cometidos, o probablemente es que yo sí acepto mis tropiezos como parte importante de mi vida y hay quien necesita caminar todavía demasiado para poder aprender de los suyos.... Y a lo mejor algún día me mereces, a lo mejor algún día eres capaz de intentar discernir porque o porque no hice las cosas de esa manera y no de otra distinta, a lo mejor en ese momento empiezo yo a merecerte, porque no cabrán entre nosotros juicios de ningún tipo ni valoraciones egoístas. A lo mejor nos merecemos el uno al otro porque solo habrá espacio entre nosotros a querernos libremente, sin pasados ni futuros que distorsionen el hoy que nos hace felices. A lo mejor aprendemos a ser generosos, a respetar en el otro sus cicatrices, porque no son más que parte de su vida, igual hasta nos da por acariciarlas y besarlas suavemente como homenaje al dolor que provocaron en su día.... O a lo mejor es que nunca me has merecido, igual nunca has sido suficientemente bueno para mi y para ocultar tu culpa te escondes tras tus miedos, acaso todas esas escusas no son más que eso, meras escusas que ocultan otra realidad que no quisiste compartir conmigo, quizás es que ninguno nos merecemos al otro, y todo este tiempo ha sido un tiempo perdido, baldío, seco.... pero no, yo he sido feliz, he aprendido mucho y he madurado a tu lado, eso no es tiempo perdido, reconozco que he ganado mucho a tu lado... Pero el día que te merezca... El día que te merezca yo seguiré estando ahí, cerquita, con esta amistad que no se romperá nunca a pesar de los pesares, con esa promesa escrita a la espera de seguir cumpliendo...el día que te merezca te llamaré amigo, sí amigo, que es lo que siempre serás aunque podamos ser otras muchas cosas más...El día que te merezca, te llamaré...

"El día que te merezca seré una persona increíble. El día que te merezca seré, de lo bueno, lo mejor. Me admirarás casi tanto como yo te admiro, me envidiarás casi tanto como yo a ti hoy. Los pajaritos se dejarán de cantar babosadas, las nubes se levantarán cachondas perdidas y las vírgenes suicidas abandonarán sus dos vocaciones de un polvazo y sin dilación. Todo eso el día que yo te merezca, todo eso el día que tú te merezcas algo como yo. El día que te merezca habré hecho tanto por ti como lo que tú ya has hecho por mí. Poner cara de que estás conmigo cuando nadie más lo está. Y ponerla hasta partírtela si hace falta por cualquier tontería indefendible que se me caiga de la boca. Hacer ver que tengo razón aún cuando ya hace rato que me la quitan de las manos, oiga. Y aflojármela un poco cuando ya hacía tiempo que se me estaba atragantando. Nuestra amistad dará por fin balance cero, pero un cero con muchos unos a su izquierda y bien relleno de aparentes sobras, como todo buen relleno. Y es que el día que te merezca, al resto del mundo, que le den. Esta sensación de no llamarte ni oírte ni verte lo suficiente no creo que desaparezca, pero como mínimo tendré claro que a ti también te compensa. Ya sé que nada cambiará demasiado por tu parte el día que te merezca. Seguirás sin exigir tu cambio, como hasta ahora. Seguirás al otro lado de mis cosas, como hasta siempre. Con la distancia prudencial del que viaja todo el trayecto por el carril de al lado, exactamente a la misma velocidad, seguramente hacia cualquier destino menos el mío. Pero mira, igual para entonces ya me siento mejor, por estar dando a la altura de lo que llevo recibiendo durante todo este tiempo. Mientras tanto, tendrás que conformarte con lo que hay. Mientras tanto, tendrás que perdonarme si sigo siendo fecha en tu calendario, inversión al cero por ciento de interés, llamada perdida de tanto en tanto que te recuerda que tenemos que quedar, y ese encuentro esporádico con todas las garantías de poder retomar las cosas justo en el punto donde las dejamos. Ahora que lo pienso, es difícil que llegue el día en que te merezca. La entropía no deja de ser la religión de la naturaleza, la asimetría, su liturgia, y lo natural, este equilibrio caótico entre cosas muy desequilibradas que tienden a desordenarse juntas. Y las personas, las relaciones, las amistades y hasta las cosas más descojonantes, como la pareja, representan equilibrios jodidamente inestables, imposibles, contradictorios… aunque necesarios. Corte al final de mi película favorita. Un tipo va al psiquiatra y le cuenta, oiga, mi amigo cree que es una gallina. Y el psiquiatra le pregunta y por qué no me lo trae. El hombre contesta, no puedo, necesito los huevos. A lo que iba. El día que te merezca te llamaré amigo. El día que te merezca, te llamaré."

Risto Mejide


 
 
 

Commentaires


Post recientes
Archivo
Sígueme en
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey Google+ Icon
  • Grey Tumblr Icon
  • Grey Instagram Icon
  • Instagram
bottom of page